Atila canta, reza Hitler, musita Pinochet, todos reímos. Hace el amor Julio César, come insaciable Jesucristo, se tira un pedo Alfonsina: nos miramos los unos a los otros. El desconcierto es mayor cuando Siddartha aplaude. Jean Paul Sartre, en un rincón de esa amplia sala, retuerce la boca, tira al piso sus lentes y en pleno mohín, da la espalda a los demás, sentado en el piso, para rayar con un bolígrafo, página a página, un libro de Sòren Kierkergard.
La tormenta, allá afuera, ha pasado. Dentro sólo lo puede adivinar cada cual...y en veces...ni eso...
*Del libro Vaivén, 1998.
Instituto Mexiquense de Cultura.
Colección Cuadernos de Malinalco, No. 35.
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