miércoles, 11 de julio de 2012

ALTAMAR




ALTAMAR

Siempre estaré mirándote a los ojos
pero ya no te veo desde que te alejaste
será que soy un marino enamorado
pues sí, es verdad, el amor me ha tocado.

Navego bien, navego en travesía,
siempre con el alma puesta en tu recuerdo;
sólo me veo, y solo estoy, atento
pues el mar es capaz de tragarte
y hacerte olvidar, ola tras ola.

Ahogarse en su propia salsa
es morir porque se quiso;
es aprender que el destino
no desolla, pero mata.

Aventurarse a vivir, pese a todos los pesares,
es ya no ver azares, ni siquiera conjeturas
es desprender aventuras de los males padecidos
es ver a los males, idos; y a la fortuna juntarse.

Acaso sea mala vibra, cantar pese a lo que pasa;
pero no, queda la casta para soportar de todo
males viejos, nuevos males y desprendimientos
ajenos que nunca los maldecimos ni tampoco
los quisimos; pero que llegaron solos y nuestras
vidas anidan como buscando guardarse de otras
calamidades.

Vuelvo a mirarte a los ojos,
solo y en mi pensamiento,
pero se muy bien acaso
que si te quiero no miento,
aunque tus ojos existan
nomás aquí en mi cerebro.

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