Quiero tenerte aquí en mi cama,
rendida a mis placeres
prohibidos.
Urgarte con mis manos,
mis labios,
todo el cuerpo
hasta que seas
parte de mi cerebro
y mis entrañas.
Tomarme todo el tiempo del mundo
para postrarme ante tu desnudez
pálida e insigne
como una bandera
en patria recientemente liberada.
Tenerte aquí,
en la cama,
para gozar de todos tus placeres
extraños,
siempre nuevos;
pero redivivos
todos los días.
Tú,
mujer,
la siempre-viva.
*Poema de Benjamín Araujo
18 de julio de 2010.
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