miércoles, 1 de mayo de 2013

COLIBRÍ DE ILUSIONES, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón


COLIBRÍ DE ILUSIONES

Lascivia temblorosa de las tardes de lluvia
cuando tu cuerpo balbucía en Morse
su respuesta al mensaje del tejado.
Gilberto Owen


Un enano, gigante del vuelo y la hermosura,
recorre ante mis ojos estética veloz
en su vuelo pautado hacia las flores
con una prisa que sólo conozco
en el temblor de las hojas
                                            y tu cuerpo
en los momentos previos
a recibir al colibrí de las ilusiones.

Es un canto su vuelo, por exacto y silente,
vuelo civil ardiente de posesión,
grandeza de precisión y entrega,
pequeñez de abeja agigantada;
monumento de entrega y dominio plenos.

El sol, en ambos casos, es cómplice y testigo;
el colibrí presiente las promesas tan dulces
entregadas a su flauta de Pan,
como mi cuerpo sabe, desde tus miradas,
que tu cuerpo es la flor, espléndida,
sonámbula de entrega y rendición.  

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