lunes, 2 de junio de 2014

LA SARTÉN DEL MUNDO, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

LA SARTÉN DEL MUNDO

En la sartén del mundo
se derrama y cae,
se desparrama, 
la yema de nuestras ilusiones:
yo soy la estela de la erosiones, dios descuartizado, 
lengua,
el firmamento es testigo de nuestros quereres;
siempre dos sílabas enamoradas:
transfigurada la esperanza cae,
se desvanece,
se contempla por los oídos,
se huele con la mente, 
se saborea con los oídos:
la irrealidad de la mirada:
la mirada es azul
y se descompone
en un alto arcoiris.

1 comentario:

José Valle Valdés dijo...

Muy bien me resulta el poema, amigo.

Abrazos