Con tus ojos en mis sueños
y tu rostro en mi almohada
tengo pesadillas de amor:
¡¡¡dulces y húmedas!!!
Te convoco noche y día
te persigo en mis afanes
y en la lucidez de tu alcoba
me arrebato a los placeres
Mujer, mujer divina,
dijo Agustín Lara,
y yo lo convoco
ante tu cuerpo:
y ante tus benditos desenfrenos:
amiga, amada, adorada y bella
mujer de mis desvaríos eróticos...
Tiemblo al pensar que un día
dejaré de verte; y ya no te amaré
sea porque yo he fallecido o
porque el destino nos juega una ruin
y mala pasada de desamor...pero no,
ni lo pensamos: temblemos sí,
de amor, en el presente,
a temblar, a temblar,
que el mundo se va a acabar...
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