sábado, 2 de febrero de 2013

INTERIORES, Benjamín A. Araujo Mondragón


INTERIORES

En esta hora en que la luz anuncia
las cotidianas profecías,
no cabe ya mirar sino hacia adentro.
Guillermo Fernández

Es un fraude mirar, con documentos,
que hemos nacido solos, y solos moriremos.
Ya no queda más nada, pongámonos un cirio
para cuidar a solas, nuestro personal,
intransferible, siempre fiel, cadáver.

Seamos capaces hoy, de dedicarnos tiempo.
Sólo adentro se entiende qué es estar bien solo.
Bien, sólo cada cual, o mejor cada quien,
entiende qué es aquello de cuidarse en vida,
porque ya se está muerto, desde el nacimiento.

Que la vergüenza azote nuestra mirada.
Que no le dé más tiempo, ni un respiro,
pues todo ha de pasar como si nada y ya.
Ese es cruel destino de toda profecía.

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